Se ha inaugurado la central hidroeólica que permitirá a sus alrededor de 10.000 habitantes autoabastecerse con energías renovables. Se convierte así, aseguran sus responsables, en la primera isla que pasa a depender casi en exclusiva de sus propios recursos naturales: el viento y el agua. Adiós a los dos millones de euros que costaba al año alimentar con fuel la central térmica de Llanos Blancos. A partir de ahora, sus motores diésel solo se pondrán en marcha en casos excepcionales, de emergencia, cuando no haya ni viento ni agua para producir toda la energía que demande la población.
La energía primaria procede de un pequeño parque eólico de cinco aerogeneradores. Cuando no hay demanda para consumir toda la electricidad que producen en el momento --de noche, por ejemplo--, el excedente de energía se destina a bombear agua desde un depósito situado casi a nivel del mar a otra balsa que aprovecha un cráter natural 700 metros más arriba. En periodos de escasez de viento, el agua se deja caer y una central de turbinado genera la electricidad.
(extracto del El Correo, 27 jun 2014)
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