viernes, 27 de junio de 2014

Peces eléctricos

Existen unas 350 especies de peces eléctricos -anguilas, peces gato, torpedos, rayas...- que nadan por los mares y océanos o en los ríos de Sudamérica y África. Usan su órgano eléctrico para comunicarse en aguas turbias, navegar y defenderse mediante descargas. Su diversidad es tal que Charles Darwin, codescubridor de la teoría de la evolución por selección natural junto con Alfred Russel Wallace, los consideraba ejemplos extremos de evolución convergente. Se llama así a la evolución independiente de los mismos rasgos en animales no emparentados para adaptarse a un entorno determinado: pterosaurios, aves y murciélagos, por ejemplo, desarrollaron alas y otros rasgos para el vuelo en diversos momentos de historia de la vida.

Toda contracción muscular libera una pequeña descarga eléctrica. Hace unos 100 millones de años, en tiempos de los dinosaurios, un pez empezó a ampliar esa capacidad mediante la evolución de las células musculares a electrocitos, células que producen voltajes mucho más altos. "Si quitas la habilidad de una célula muscular para contraerse y cambias la distribución de las proteínas en la membrana celular, todo lo que tienen que hacer es empujar los iones a través de la membrana para crear un flujo masivo de carga positiva", dice Lindsay Traeger, de la Universidad de Wisconsin y coautora del trabajo. La alineación de millones de electrocitos en el cuerpo de la anguila semeja la de baterías en serie y es la responsable de las fuertes descargas, señala Sussman.
(Extraído del Elcorreo.es, 27 junio 2014)

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